“La vida no premia la prisa, sino la constancia del alma que persiste incluso cuando todo parece en silencio. No te canses de buscar, porque cada puerta cerrada te acerca un paso más a la que se abrirá con propósito y sentido.”
El verdadero logro no se encuentra en la rapidez, sino en la perseverancia tranquila. Nos recuerda que incluso cuando sentimos que no hay respuestas o que todo está en pausa, seguir adelante con fe y paciencia es lo que finalmente nos lleva a las oportunidades que realmente tienen valor. Las puertas que se cierran no son fracasos, sino parte del camino hacia la puerta correcta, aquella que abrirá algo profundo y significativo en nuestra vida.