Nuestro viaje a San Andrés comenzó con la elección de la aerolínea LATAM, optando por un vuelo con una escala de dos horas en Bogotá que resultó ser una opción más económica. Esta pausa fue agradable y pasó rápidamente, gracias a una sala de espera cómoda, equipada con televisión y otras facilidades que hicieron el tiempo más llevadero. Antes de abordar nuestro vuelo hacia San Andrés, compramos la tarjeta de turista obligatoria para ingresar a la isla, cuyo costo es de 137 mil pesos colombianos. Es importante destacar que, si realizas un vuelo directo, no olvides adquirir esta tarjeta con antelación para evitar contratiempos.
El vuelo en sí fue tranquilo y sin inconvenientes. Sin embargo, al llegar al aeropuerto de San Andrés, nos enfrentamos a un detalle que vale la pena mencionar: al desembarcar, es recomendable moverse con rapidez, ya que se forma una fila considerable para entregar la tarjeta de turista. En este punto, las maletas deben pasar nuevamente por la banda de revisión. Lamentablemente, el trato del personal en esta etapa no fue particularmente cordial, lo cual nos tomó por sorpresa y resultó un poco incómodo.
A pesar de este pequeño contratiempo, desplazarse por la isla es fácil y accesible. A la salida del aeropuerto hay taxis disponibles que te llevan a tu destino sin problemas y a precios razonables. San Andrés es una isla relativamente pequeña, lo que facilita los desplazamientos y reduce costos, haciendo que la movilidad no sea una preocupación durante tu estancia.
La elección de alojamiento perfecta
Siempre depende de lo que busques al viajar, pero en mi caso, viajaba con un grupo de seis personas y opté por un apartamento en Airbnb ubicado en la Avenida 20 de Julio. La elección fue excelente, ya que el apartamento estaba justo encima de un supermercado y cerca de varios restaurantes, centros comerciales y otras comodidades del centro de la ciudad.
La verdad es que la aplicación Airbnb ofrece una amplia variedad de opciones en San Andrés, desde apartamentos económicos hasta alojamientos de lujo, y la mayoría con anfitriones muy agradables y serviciales. Esto facilita encontrar el lugar ideal que se ajuste a tu presupuesto y preferencias.
Es importante tener en cuenta que la isla se caracteriza por sus temperaturas altas y un clima tropical, por lo que recomiendo asegurarte de que el apartamento que elijas tenga aire acondicionado. Esto es esencial para disfrutar de una estancia cómoda y refrescante, especialmente después de un día explorando las hermosas playas y paisajes de San Andrés.
Descubriendo la gastronomía en San Andrés: opciones para todos los gustos
En la isla de San Andrés, hay una gran variedad de restaurantes, pero debo admitir que no siempre comí bien y algunos lugares no eran tan limpios como esperaba. Tristemente, parece que el gobierno ha descuidado esta hermosa isla, y muchos lugareños sienten ese abandono, lo cual se refleja en algunos aspectos de la vida cotidiana. Sin embargo, esto no desanima del todo, ya que también encontré lugares encantadores y accesibles para disfrutar de la comida local. Quiero hablarles de los sitios que conocí y que realmente me dejaron un buen recuerdo.
Uno de los restaurantes que descubrí gracias a recomendaciones en YouTube fue El Parqueadero, que estaba muy cerca del apartamento en el que nos hospedábamos. Este lugar es económico, familiar y cuenta con un personal muy agradable. Está ubicado al lado de un supermercado Super Todo, donde es conveniente comprar agua embotellada, ya que en la isla el agua no es potable.
Otra buena opción es Comidas Rápidas Mora, ideal para quienes prefieren algo rápido y delicioso. Ofrecen pinchos al carbón, arepas rellenas de distintas carnes, empanadas y bebidas tradicionales. Es un lugar simple pero con una oferta de comida deliciosa y a buen precio, perfecto para llevar o comer sin prisas.
Si caminas cerca de la playa, verás una gran cantidad de restaurantes económicos con menús exhibidos en la entrada, lo que facilita la elección según tus preferencias y presupuesto. Un lugar notable es el restaurante La Gordita, que se encuentra en la Avenida Francis, diagonal a la Importadora AMB y es conocido por su buena comida y precios accesibles.
En el centro de San Andrés también hay varios restaurantes que valen la pena visitar. Es común que personas te ofrezcan menús del día a precios atractivos, lo que puede ser una opción práctica y sabrosa para el almuerzo.
Finalmente, una experiencia única que recomiendo es probar las empanadas que venden las señoras nativas al frente de la playa. Estas empanadas, rellenas de cangrejo, camarón o piangua, vienen acompañadas de salsas caseras que preparan ellas mismas. Comprarlas no solo te permitirá disfrutar de un sabor auténtico y delicioso, sino que también estarás apoyando a la comunidad local. No te arrepentirás, son una verdadera delicia y un recuerdo que vale la pena llevarse.
Explorando San Andrés: cómo elegir las mejores actividades sin gastar de más
San Andrés es un lugar lleno de actividades y experiencias para disfrutar, y las opciones que ofrecen los lugareños son muchas y variadas. Mi consejo es evitar ir directamente a una agencia, ya que suelen tener precios mucho más altos en comparación con las ofertas que puedes encontrar preguntando a los vendedores independientes, especialmente en la orilla de la playa.
La clave es no quedarse con la primera oferta que recibas. Tómate tu tiempo para preguntar en diferentes lugares, compara precios y escucha las diferentes propuestas. Es útil guardar los números de contacto de las personas que te ofrecen sus servicios para poder evaluar tus opciones más tarde y tomar una decisión informada. De esta manera, podrás encontrar las mismas actividades que ofrecen las agencias, pero a un costo mucho más accesible.
Así fue como lo hice durante mi estancia: después de preguntar y escuchar ofertas a lo largo del día, finalmente elegí a una señora que vendía turrones de coco en la playa. Además de ser deliciosa su especialidad, sus precios para los tours eran notablemente más económicos que los que había escuchado durante el día. Esta experiencia no solo me permitió disfrutar de un tour asequible, sino también apoyar a la economía local de una manera directa.
La Cueva de Morgan: una aventura inolvidable para los niños
Aunque para algunos la Cueva de Morgan pueda parecer un sitio modesto, puedo asegurar que, si viajas con niños, la experiencia se volverá mágica e inolvidable. Este lugar está repleto de historias y misterios que despiertan la curiosidad de los más pequeños desde el primer momento. Según la leyenda, fue en esta cueva donde el famoso pirata Henry Morgan ocultó sus tesoros, lo que añade un aire de intriga y emoción a la visita.
La decoración temática, con detalles cuidadosamente colocados para emular la atmósfera de un escondite pirata, transporta a los visitantes a la era de los corsarios y galeones. Desde la entrada, los niños se sienten envueltos en un ambiente de aventura, entre cofres, mapas antiguos y elementos que evocan la vida en altamar. La ambientación está bien lograda y contribuye a que los más pequeños exploren y participen con entusiasmo, estimulando su imaginación y permitiéndoles soñar con las hazañas de un pasado legendario.
Dar la vuelta a la isla: una experiencia única
Otra actividad imperdible en San Andrés es recorrer la isla en su totalidad. Tienes varias opciones para hacerlo: puedes alquilar motos o un “mule” (vehículo tipo carrito de golf) de 2 o 6 plazas, entre otras posibilidades. En mi caso, optamos por un mula para 6 personas por 200 mil pesos colombianos desde las 9:00 hasta las 18:00, pero debes tener en cuenta que es tu responsabilidad llenar el tanque de gasolina suficiente para completar el recorrido. Además, es posible negociar el precio, ya que nos enteramos de que otras personas lo consiguieron por 180 mil pesos.
Consejo importante: controles policiales y fotos icónicas
Si sales del centro para hacer el recorrido en la mula, ten en cuenta que la policía suele esperar en la salida y antes del famoso cartel de San Andrés. Es probable que te pidan documentos y el permiso de conducir, así que asegúrate de tenerlos a mano para evitar inconvenientes. Aprovecha también para hacerte una foto delante del cartel, ya que es un lugar icónico y el fondo de la playa hace que las fotos queden espectaculares.
Explorando los paisajes y consejos prácticos
Hacer el recorrido por la isla fue una de las actividades que más disfruté. Los paisajes son espectaculares y ofrecen oportunidades para tomar fotos increíbles. Un consejo importante es llevar suficiente agua, ya que el sol es intenso durante todo el día y mantenerse hidratado es esencial. Además, ten en cuenta que a medida que avanzas, los precios de los productos aumentan significativamente, por lo que es mejor ir preparado desde el principio.
Almuerzo con vista al mar: una sorpresa costosa
A mitad del recorrido, decidimos almorzar en un restaurante a la orilla de la playa. Pedimos platos sencillos y, para nuestra sorpresa, la cuenta llegó al millón de pesos colombianos, lo que me pareció un precio excesivo. Un aspecto que me pareció poco transparente es que la propina estaba incluida automáticamente en la cuenta. Esto puede resultar incómodo, ya que la propina debería ser una opción del cliente, especialmente si el servicio no cumple con las expectativas.